Los pueblos aún siguen desperezándose
Y comienzan a asomar en la lava los espejos de cristal húmedos y salados
En la orilla una caseta improvisada, atalaya de algodón y poliéster para defenderse del primer aire frío
Donde esperaba el café caliente…
Las últimas miradas al mar en la costa. Midiendo su bravura o serenidad, los vientos…
Miro con gusto los mimos que resisten el frío mañanero impregnados de orilla y sal
Y ya rumbo a la solitaria bahía desde donde una cascarita me va a llevar al permanente diálogo con las corrientes, la fuerza y el viento. Allí estoy lejos de todo acercándome a la masa azul que me hará suyo durante unas horas. Poco a poco se van izando las velas…
Saludos y bromas---
Mientras los espejos a medida que avanza el medio día van despejando las algas en la lava
Regreso a casa con flores en los cactus
Y descanso hasta el anochecer entre los nuevos espejos de siempre
Gracias a Fran por ser el “objetivo” en la navegación :)