
Vamos a nuestro rincón. Componiendo la intimidad junto a los últimos rayos del sol. Abrazados en los naranjas y los malvas.

Aquí de cara al ocaso. Abriéndose al encanto.

Una flor…

Una carabela perdida en la historia

Y… ya con las primaras sombras. Emulando la esencia de lo cercano y lo único, subimos despacio al silencio encerrado tras esas puertas que se abrirán sólo para la burbuja más íntima.

Y entre fantasías y realidades la imagen de bronce cobrará vida.

Escultura El Abrazo Felipe Haba